Pruebas del Alineamiento de Israel con el Anticristo
La estrategia usada por los israelitas para su expansión en el territorio palestino, alimenta miedo a ser enfrentado. Todo ladrón tiene miedo de que aparezcan los dueños y les ataquen. Es natural. A veces los ladrones son más poderosos que los damnificados, o vice-versa. Cuidarse del enemigo, y protegerse, es necesario, pero cuando se trata de “usurpación” de lo ajeno, o de “anexión” o expansión abusiva, el blindaje es ofensivo y provocativo.
La historia nunca fue negada por la ONU, los EUA, e otros organismos internacionales, pero sí reprimida por Inglaterra en lo que respecta a la invasión de los británicos de nuestras Islas Malvinas. Sin embargo, la prensa cipaya se ha encargado de mentir que Argentina invadió las Islas Malvinas en el año 1982. Desde su rendición, Argentina nunca había parado de reclamar por lo suyo, usurpado por Gran Bretaña. Sólo Macri fue quien interrumpió nuestra Soberanía para apoyar a los ingleses, enfrentando alos argentinos, y ahora una de sus ministras, Patricia Bullrich que banalizó la cuestión. El Macrismo se había declarado abiertamente masónico y sionista.
En el caso de Crimea, la Rusia de Putin la “anexó” a Rusia, afirmando que antes ya había sido territorio ruso. Es verdad, pero tuvo en su contra, el hecho de que la ONU ya había prohibido esa acción llamada “ANEXAR TERRITÓRIOS EMANCIPADOS”.
Cuanto a Israel, si se vio la posibilidad de instalarse como territorio propio en Argentina, Uganda o un lugar bastante desconocido de Siberia, indica esto que los judíos no buscaban practicar su religión en Jerusalén, sino en tener un paradero fijo; es decir, intentaban verse libres del castigo de Dios por su rechazo del Cristo, salvo una porción de judíos ortodoxos que sí priorizaba el templo en Jerusalén. El descanso que buscaban se llama Jesús, y esto está claro en Mateo 11. 25-30 y Romanos 11 y en todo el libro de Hebreos, especialmente en la última parte del capítulo 11.
Los israelitas siempre esgrimieron el argumento de la Promesa de Dios, y es innegable que Dios les haya prometido una Tierra y prosperidad material y poblacional, pero Romanos 9. 27 desestima su interés en ser una Potencia Mundial basada en armas. El propósito de Dios en darle a Israel todo un territorio que luego se llamó Palestina, no existe más. Desde que vino el Mesías Jesucristo, Dios limitó a Israel a andar errante en la tierra, y sólo se enfoca en salvar a un remanente fiel no a la Ley sino al Mesías.
El propósito divino al escoger a Israel POBRE, era traer al Cristo POBRE, con un Evangelio PARA LOS POBRES. De ahí que su misión terminó cuando el Cristo apareció, naciendo de una POBRE MUJER.
La Tribulación de siete años descrita en Apocalipsis incluye un tiempo cuando Israel ya existe como nación y construye un templo futuro. En segundo lugar, existirá un templo judío en Jerusalén a mediados del período de la Tribulación de siete años. Este templo no existe hoy en día, sin embargo, el Instituto del Templo en Jerusalén tiene planes que podrían hacer que la construcción de esta instalación tenga lugar rápidamente una vez que se le dé acceso a la ubicación que actualmente se encuentra bajo control musulmán. No sería ilógico que Dios utilizara a los impíos para introducir a ese pueblo en su tierra original, pero lo que ellos no dejan de soñar, es recuperar toda Palestina, cuando el objetivo de Dios es que se le retribuya tan sólo el lugar del templo, o apenas el territorio de Jerusalén, pues, Dios tiene compromiso con David, no con el Judaísmo.
“Y
oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas
las tribus de los hijos de Israel” (Apocalipsis 7:4), nada en el pasaje lleva a
interpretar los 144.000 como algo más que un número literal de judíos tomados
de cada tribu de los “hijos de Israel”. El Nuevo Testamento no ofrece un texto
claro que reemplace haga perenne a Israel con la iglesia sometida a él. Por lo
contrario, de dos pueblos, Cristo hizo uno: La Iglesia. Sin duda habrá muchos
israelitas convertidos a Cristo tardíamente. Es impresionante cómo la Biblia desarrolla el Plano Eterno de Dios, que llega a revelarnos cuántos judíos serán salvos en el fin de los tiempos, ni uno más ni uno menos, 144.000, por lo que es inútil pensar que Dios va a modificar su Plan por nuestras oraciones. Orar por Israel era contextual, en Salmos 122, luego, si vamos a orar por Israel en el Nuevo Testamento, será como alinearnos con la voluntad previa de Dios establecida en el Plan, y nada tiene a ver con la frase de Génesis 12: "bendecirlo". No podemos bendecir la guerra, la violencia, la inhumanidad y la matanza.
Dos Testigos predicarán en Jerusalén durante la primera mitad de la Tribulación, morirán y luego resucitarán e irán al cielo (Apocalipsis 11). Esta acción será seguida por un terremoto masivo en Jerusalén y la gente huirá de la ciudad a las montañas para ser protegidos por Dios.
Ezequiel 38 predice una guerra de naciones que alineará y atacará a Israel en los últimos días. Dios mismo proporcionará una victoria sobrenatural para Israel. Aunque muchos debaten cuándo ocurrirá este evento, parece ocurrir en algún momento después del Rapto y antes del punto medio de la Tribulación.
Hasta aquí, no hay ninguna duda bíblicamente, respecto del futuro del pueblo de Israel, como se ve, no con igualdad de propósito con el período de antes de Cristo, pero sí para completar el número de judíos salvos que el Señor planeó, y honrando Dios su antiguo Pacto, y en esto, el Apocalipsis no le engrandece por sobre la Iglesia, ni le atribuye la función de evangelizar, como fantasean algunos.
La única oración válida por Israel, es la misma que para todos los pueblos del mundo, PARA QUE TODOS SEAN SALVOS. De lo demás, cuida Dios. Los detalles de su Plan sólo Él conoce y sólo Él desarrolla muy a pesar de todo y de todos.
Los Judíos Sionistas nunca soñaron en defender el Judaísmo como religión, sino las riquezas materiales, con su pueblo como carne de cañón. Que Ezequiel haya profetizado esa guerra final de los judíos, ganando, no implica aprobación de Dios, que reveló “no con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”, porque “no quiero la muerte del impío” [Zc. 4. 6; Ez. 18. 23; 33. 11]. Hasta porque en el pasaje de su profecía, es Dios mismo que interviene. El Evangelio no admite ni un mínimo de guerra; por lo contrario, si nos pegan en una mejilla, nos enseña a dar la otra. Pero el Anticristo se valdrá al final, de los militares del mundo entero en la Batalla del Armagedón, contra Cristo, incluidos los judíos.
No en vano Hebreos comienza diciendo que no deben los judíos recién salvos “descuidar su salvación”, porque la tentación de practicar la Ley del Talión permanece en las personas, pero una Iglesia madura no puede alimentarlo más; mucho menos endosando a un pueblo guerrero, asesino y exterminador, e inhumano, que fuerza las Escrituras, tapando su rebelión y justificando su posición histórica ANTICRISTO.
Mientras sólo había judíos, y no cristianos, era justificable un Apartheid por motivos religiosos [Pr. 29. 27], pero luego vino Cristo que reconcilió a todos con Dios [2 Co. 5. 19; Cl. 1. 19-21], y desde entonces, fanáticos de esa clase de Apartheid se hacen anticristo en oposición al Cristo de Dios.
Jamás sería “de Dios” el Acuerdo Donald Trump-Benjamin Netanyahu, más la participación de Gran Bretaña en los comienzos del nuevo Israel, más el expansionismo israelita, más las guerras continuas, siempre dejando como víctima a Israel, el más poderoso en las contiendas, sólo puede beneficiar al Anticristo, pues, la suma de ello, y otros factores, dan un falso evangelio, la negación de Jesucristo como El Mesías, la edificación de un altar mundial para Mamón, y millones de muertes inocentes cuya sangre demanda justicia ante Dios. ¡Dejemos al Soberano actuar. No metamos nuestra mano injusta a favor de unos y en contra de otros!
Misión Mundial de la Gracia

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