Gloriarse en la Cruz de Cristo
Ya van dos artículos que publico, acerca del ensimismamiento o individualismo que generó la Nueva Era en el mundo en estas últimas dos décadas, de manera casi absoluta, de camino al Anticristo.
Este será el tercero, lamentando que sólo un brasileño reaccionó impactado. Nadie más dijo nada, y esto, porque no leyeron, o no meditaron en ellos, o ya están absolutamente cooptados por el Falso Profeta de 2 Tes. 2. 4-8 que ya está entre nosotros, solo que ocultamente, y su característica es ser INICUO. Esta palabra significa SIN LEY. Exactamente describe al actual LAWFARE que lanzó en el mundo la Extrema Derecha Internacional.
En mis anteriores escritos dije: Los portadores de la modernidad producen una hazaña ineludible de exhibir, como en un supermercado, una enorme cantidad de opciones para un mismo producto. Aunque esta PLURALIDAD siempre ha existido, nunca antes con la intensidad que podría producir tal conciencia de elección: un proceso inconsciente por el cual entendemos que siempre podemos elegir, manifestar preferencia como si fuéramos a vivir en una sociedad de supermercados, lleno de variedades. El problema es que en el mundo de la pluralidad no hay absolutos y todo se convierte en cuestión de elección, incluidos los valores morales. La religión, que ya no ocupa el centro moral de la sociedad, se convierte en una cuestión de lo que es bueno para uno. Ya no existe un compromiso dogmático establecido hace siglos, si no milenios, sino una variedad de religiones que pueden encajar perfectamente en un código particular, privado y personal; y eso nos lleva a la PRIVATIZACIÓN, sin la cual aquella primera no sería posible. El mundo privado es un mundo inestable, frágil y precario. A diferencia de la esfera pública, esta esfera de la vida está a merced de diversas influencias, sin tener el lastre adecuado para resistir. La fractura entre los dos mundos [el público y el privado] produce una fragilidad creciente en el ámbito privado, haciéndolo especialmente vulnerable. Sin embargo, esto se percibe poco, ya que aparece como el mundo real de los hombres. El mundo de los logros, el mundo de las posibilidades. Y para que un ciudadano pueda vivir con pluralidad, para que las opciones que haga cada uno sean respetadas y aceptadas como culturalmente válidas, como un estilo de vida moderno, es necesario que sean privatizadas. Siempre que se desafía una 'opción', nuestro ciudadano usará este refugio con la expresión - ¡Por favor! La expresión no tiene nada de magia, ni de signo secreto, pero simboliza el mecanismo de retraimiento para lo privado. Quizás por eso, el mundo privado, a medida que se desarrolla e hipertrofia con la modernización de la sociedad, se convierte en un mundo de desolación y soledad. El hijo dirá a sus padres: ¡Por favor!; los padres dirán a sus hijos: ¡Por favor!; los amigos dirán a los demás: ¡Por favor!; los hermanos ahuyentarán a los demás con un delicado ¡Por favor!; el pastor oirá de sus ovejas: ¡Por favor! Y entonces estaremos viviendo en un mundo de extrema vulnerabilidad.
El Sermón del Monte entero no sirve más, en este contexto, y a las intolerancias y los preconceptos hay que denunciar; a los sufrimientos hay que separarlos de uno, o uno separarse de ellos; a las persecuciones se las debe escrachar en público, vengándonos con trapitos al sol que conozcamos o inventemos. Si alguien espera enseñar algo, del otro lado reaccionarán con ¿Y tú quién eres para decirme eso?, o con cátedras vengativas. Si uno menciona una experiencia o lo que uno cree y vive, le juzgan de vanagloriarse. Ya ni gloriarse de la Cruz de Cristo pega más. Nos atacarán como que nos consideramos El Cristo. Ahora, gloriarse de uno mismo, y de lo que se tiene o se ha conquistado, así sea deshonestamente, eso sí vale para esta generación. Así llegamos a la SECULARIZACIÓN , cuando los muertos son los buenos, los ejemplos, los vencedores, los héroes, los modelos, los santos, y a vos y a mí que vivimos en medio de ellos, “si nos han visto, no se acuerdan”. Y yo que no busco mi propia gloria, prefiero vivir aunque me tratan por basura, porque al menos iré a influenciar a algunos. Necesitamos una pandemia mucho mayor que la de la COVID- 19 para empezar a despertar conciencias entre los que nos consideramos cristianos, pero que en su gran mayoría son adoradores de MAMÓN, el “dios” Dinero y Poder.
Tito Berry

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