¿Estamos perdiendo la batalla, o siendo seleccionados?

Dino Cazares dice que "hoy en día no puedes decir mucha cosa en el internet sino las personas te atacan". ¿Quién es Dino? No sé. No pertenece a mi micro mundo por el que celo demás, como probablemente él por el suyo; sólo me interesó la frase y la reproduzco.

Apocalipsis 17. 14 diz que os que estão com Jesus são chamados, eleitos e fiéis. La Versión Recobro dice: “y los que están con Él, los llamados y escogidos y fieles, también vencerán”.

Incuestionablemente, la primera versión citada está bastante lejos de los originales, mientras que la última es basada estrictamente en los originales del texto, y en esta hay una “y” conjuntiva entre llamados, escogidos y fieles, lo que significa que los tres vocablos definen una misma persona y a la vez, ellos destacan cada acción por separado. El orden, en la práctica es llamados y fieles y escogidos, pero acá están al revés las dos últimas palabras, porque no está hablando de ninguna de las acciones exclusivamente sino de vencer, y para vencer hay que ser fiel; no alcanza con ser llamados y elegidos.

En realidad, la Iglesia y los cristianos hoy, después de ser llamados fuera de este sistema mundano de vida sin Dios, en gran medida se detuvieron y no pasaron por la etapa de la selección, y consecuentemente, no pueden ser fieles, así. No se puede hablar de estar perdiendo la batalla, cuando muchos la pelean antes mismo de ser elegidos para ello. Fueron llamados, y ya se creyeron super-hombres, y entonces no estudian, lo leen ni meditan la Palabra, no gastan tiempo para adorar, no saben lo que es orar en el Espíritu, carecen de paciencia, no tienen raíces, no se cuestionan sus creencias y convicciones, como los denunciados por Pablo, “no aprueban tener el pleno conocimiento de Dios”; le conocen apenas por un folleto, una palabra humana, un dedo indicador amenazante, un grito pentecostal, y ya se creen “de Dios”, y, según Romanos 1. 18-32:

1.                  Originalmente, la ira de Dios se revelaba desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres; pero cuando llegó el Evangelio de Dios, la escena cambió, y ahora la Justicia de Dios es revelada en el Evangelio con el fin de producir en nosotros la fe [1. 17-18].

2.                  “Los hombres reprimen la verdad con la injusticia”. ¿Cuál verdad? La verdad de la existencia de Dios, de la Creación, y de la formación del humano DELEGADO sobre la tierra, sus riquezas, y la naturaleza toda.

3.                  La injusticia de los hombres estaba en la injusticia para con los otros y para con Dios. Con respecto a Dios, “no aprobaron tener en pleno conocimiento a Dios”, y en cuanto a sus semejantes, los menospreciaron, cambiándolos por ídolos [21-23], y volviéndose egoístas y exclusivistas, al punto de cada uno vivir para sí, sin importarles los derechos ajenos [24-32]. Entonces, Dios los entregó a sus ídolos y a su egolatría, los abandonó [24, 26, 28].    

Nuestras iglesias hoy están saturadas de hermanos referentes, y líderes apenas llamados, y que nunca pasaron por el proceso de selección, ni mucho menos fueron fieles al que los llamó, pero como no son homosexuales, se excluyen deliberadamente de este pasaje bíblico. Tampoco son idólatras de imágenes materiales; sus ídolos son religiosos, culturalmente aceptados, de buen comportamiento, educados, como la hipocresía, la fama, el poder, la riqueza material, el trabajo, si no la sensualidad, entonces trajes engañosos, pero hasta inconscientemente se llenaron de injusticias, maldades, codicia, malicia, envidia, homicidios, CONTIENDAS¹, engaños, malignidades, murmuraciones, calumnias, odio a Dios, insolencia, soberbia, jactancia, OBSTINACIÓN IRREVERENTE CONTRA LOS PADRES², necedad, deslealtad, sin misericordia, y ni entre hermanos de sangre se respetan más.  

La Pandemia que nos tocó en 2020-21, es una selección divina, quiérase o no reconocer. Si Salmos 101. 6 se estuviera cumpliendo, los ojos de Dios estarían puestos en los fieles, para que estén con Él y anden en rectitud, y le sirvan, pero Él no puede contratar fieles, si ni aún elegidos fuéramos. Y Dios elige para dos cosas diferentes: Para que le sirvan [Hb. 9. 14] y para llevarnos con Él [Lc. 12. 35-40]. No tenemos otra alternativa ni la posibilidad de aceptar la elección y volvernos a nuestros intereses. Si Él decide llevarme hoy, seré un buen garzón en las Bodas del Cordero; pero si decide dejarme más tiempo, es porque sabe que no descuido el Plano Eterno, cambiándolo por otros planos para el servicio, y otras obras. ¿Y tú, amado hermano? Hoy estamos. Mañana tal vez no más.

¹¿Qué nos pasa cuando cuestionamos todo lo que oímos o leemos, o discutimos, rechazamos, nos oponemos y ²rebelamos hasta a las autoridades? No somos gay, pero… ¿irán ellos solos al castigo disciplinar de Dios?

Tito Berry    

  

  


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