El Sol no necesita de nosotros para aparecer temprano, o tarde

 

 

Génesis 8. 22
“Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche”

Esta noche de sábado a domingo 17-18 de julio de 2021, tuve un cúmulo de pesadillas, pasando por un lugar peligroso, para otro difícil y complicado de atravesar; lugares paupérrimos, para lugares lamentables; subterráneos, cuevas, y apareciendo en laberintos de casas de adobe, y otras artesanías, para galpones enormes, vacíos, abandonados, y sucios. Lo que más me impresionó fue encontrar una congregación cristiana, con un pastor muy malo, enojoso, que al verme algo sorprendentemente, y harapiento, me apuntó pecador y echó violentamente de allí empuñando y señalando un cuchillo, sumándose a él otros hermanos con palos amenazantes. Seguí mi búsqueda de un camino, una salida lo más rápido posible, y sólo entraba en terrenos ajenos, por donde debía pasar pidiendo permiso y perdón por encontrarme allí o atravesándolos. De repente un joven me ve y se junta a su novia y comienzan a injuriarme como si yo fuera un perverso, pero seguí sin miedo de ellos, hasta que salí a una calle empedrada con ripio, pero para mi decepción, duraba apenas unas cuadras y volvía el laberinto. Luego, varias veces nuevos caminos me daban cierta alegría como que ya terminaba la peripecia, pero pequeños laberintos volvían a aparecer. El último tramo en la pesadilla, fue una calle enripiada ya mejor que todo, y al despertarme, en mi mente y corazón latían las siguientes palabras: “A Mamón se le vence al no dejarnos engañar, y al no dejarnos quitar o impedir lo nuestro que viene de la mano de Dios. Mi reflexión es que primero podemos enojarlo; después, deberemos demandarlo a devolver lo de uno”. Y entonces el Señor me dijo: “Le venciste en la primera etapa; ahora comienza la segunda etapa para Ti”.

La riqueza que mañana puede venir a mí, jamás atribuyan a Mamón, y sí testimonien que “desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”. “Mas, la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”. ¡Jesucristo es Mi Justicia! Y mi día será perfecto, aunque yo no.

Tito Berry

 

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