El Engaño de las Riquezas
LA RIQUEZA ENGAÑA A LA PERSONA, LA VEGETA Y LE POSTRA EN LA SUPERVIVENCIA
El Síndrome de Pobreza no ejerce una actividad deprimente de un estado económico para otro inferior. Su función más notable es estacionar, neutralizar y justificar a la persona que lo padece, para quedarse en el estado en que vive, y poco o nada esforzarse por superarlo.
Es como una depresión, y esta, es parte del Síndrome necesariamente. “El psicoterapeuta Stephen Goldbart dice: ‘Les arruina la vida, destroza su familia y los precipita a conductas destructivas. El dinero no siempre trae paz y tranquilidad. Se les recomienda que formen parte de la vida comunitaria y no se limiten a extender cheques a instituciones caritativas’”, refiriéndose a la acumulación de riquezas de las 200 personas más ricas del mundo.
No es la cantidad de riquezas acumuladas [que implica en definiciones sobre clases sociales media, media alta, y rica] que caracterice a las personas por el Síndrome, sino su conciencia de estar siendo injusta, e en muchos casos su innegable deshonestidad.
Jesús fue claro en la Parábola del Sembrador, al decir que “las riquezas engañan”. Si usted ve que una mujer generalmente vista fea presuma y fantasee ser linda, a nadie incomoda, pero si ve a uno pobre presumiéndose rico, o uno rico mascarándose pobre o solidario, eso sí incomoda a muchos, porque daña a la sociedad toda, su comportamiento, y sus substracciones de lo que a otros falta.
Es que el engaño siempre convence. El Internet está minado de mensajes de gente que no tiene un milímetro del corazón con amor y justica, dando cátedras convincentes a favor de ellas, ejecutando exactamente lo propio del engaño que habló Jesús: el estacionamiento personal, su neutralización o paralización existencial, y la auto-justificación; y otros iguales, o que presumen ser iguales, o desean llegar al mismo nivel, aprehenden rápidamente tales enseñanzas engañosas. Pero también los más de abajo, los pobres, estacionan, se conforman en el estado en que vegetan y se justifican. Salirse del engaño no es subir de una clase social a otra superior, sino dejar de vivir con presunción y orgullo por lo que la persona es, aunque se esfuerce por subir un grado más en la futilidad de las riquezas. El más rico no puede descompensar su riqueza por unas limosnas, o con más trabajo y más conquistas, así como el más pobre no debe descompensar su verdadera riqueza [interior] relajándose. Mamón es muy sutil, y hay que enfrentarlo con absoluta entrega a Cristo, y hasta buscar necesarios pastoreos que, libertados de su dominio, saben discipular a los discípulos de Jesús. Por ejemplo: Controlarte a la hora de sentarte a la mesa para comer, y orientarte en privado a priorizar a los demás. Simple, pero funciona. Es una de las disciplinas que practico en los “cafés pastorales” ¿y saben cómo se enoja Mamón? Pero vencemos, porque “El Señor” ve y nos hace vencerle [Lucas 16. 13].
Desde ese estado de ENGAÑO, la persona pasa al estado de VEGETANTE, o sea, simplemente vive en ese ambiente cómodamente y a cada día se vuelve más insensible a los demás e inhumano, y ajeno a las realidades esenciales de la problemática ricos-pobres. Si la persona no pierde la sensibilidad social, y el verdadero sentido de justicia, prueba que no vegeta.
Desde este estado como VEGETANTE tanto ricos como intermedios y pobres, degradan a SUPERVIVIENTES cuando tengan lo que tuvieren, poco o mucho, no valen más que lo material hasta en sus ideas, palabras, actitudes, reflexiones, comentarios y acciones. SOBREVIVIR es quedar vivo en una catástrofe; salvarse, pero SUPERVIVIR es vivir como incivilizado, salvaje, inhumano, sin conciencia de vivir ni de ser; una especie de híbrido amoral. Típicamente el que nació rico o pobre
19.07.21
Tito Berry

Comentarios
Publicar un comentario