¿Dónde están los que decían ¡Aleluya!?
"Donde están los que decían !Aleluya!"
Estos días le di una rosca más a la tuerca de mi Visión Pos-Pandemia, comunicándole a los Pastores de mi compañerismo pastoral en Brasil y Argentina, casi instándolos a que declaren qué planes tienen para ese fin de tan desgastante virus, asegurándoles que yo tuve la gracia de Dios de recibir la visión del Plano Eterno de Dios, y que, consecuentemente, mi despertamiento espiritual me ha dado discernimiento del tiempo en que vivimos, y del que viene, por lo que porto una solución completa para la Iglesia y los cristianos, y a través de estos, para el mundo, esperando que ellos también la hayan recibido de Dios, o que sean humildes para preguntar a gente seria en las cosas de Dios, y no a esotéricos, triunfalistas o apocalípticos del mercado góspel.
Hoy, 22 de abril leo que el Papa lanzó recientemente la Comisión para la Pospandemia. Estos días le dije a un pastor IZQUIERDISTA NATO, que ciertos comportamientos, ciertas actitudes y modus vivendi de ciertos izquierdistas eran eminentemente NEOLIBERALES, por lo que su grito en contra era falso e hipócritas sus vidas. Maravillosamente el pastor se me ha adherido aún mucho más a la amistad y comunión conmigo.
Como expliqué estos días a mi hermano, Pastor
Raúl Eduardo Aranda, tan solo por nuestra intimidad, y no para enseñarle nada, que
no podemos incomodarnos con los hermanos que “disfrutan del mundo”, sino con la
INJUSTICIA, nada más. Algo más,
junto a la Gracia de Dios, me respalda, y es que vivo lo que predico. Me pasé
toda la Pandemia, hasta aquí, sólo pensando y trabajando por ustedes, mis
pastores y hermanos amigos, y de todo el proceso maduraron soluciones para toda
nuestra Clase Social, y la Iglesia, del lado EVANGÉLICO paralelamente al lado del CATOLICISMO de Francisco. Y como dijo el Papa católico, “ESTO NO ES COMUNISMO. ES EVANGELIO”.
De nuestro lado, no hay una estructura que descubra lo verdaderamente valioso,
y sí preocupadas en engrandecer planes, programas, proyectos y hombres
absolutamente interesados en sus propios reinos. No espero que al descubrirme
me enaltezcan. ¡Dios me libre de esto! Pero qué bueno sería si cada pastor de
mis relaciones preguntase acerca de tales soluciones, y fueran humildes para
dejarse guiar y reunir en torno de Cristo, para pastorear las multitudes que
restarán en esta Pandemia, como ovejas sin pastor. ¿Dónde están los que decían ¡Aleluya! que no los veo?
Tito Berry
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